¿Existen pruebas de que la vitamina D ayuda a prevenir la esclerosis múltiple (EM)? ¿Hay evidencia de que contribuya a evitar que sus síntomas empeoren? La Dra. Iris Marín Collazo respondió a Mayo Clinic que sí.
“La investigación a través de los años ha demostrado que mantener niveles adecuados de vitamina D puede tener un efecto protector y reducir el riesgo de contraer esclerosis múltiple. Varios estudios han demostrado que la gente con más exposición al sol y a la vitamina D en su dieta tiene un riesgo más bajo de contraer esclerosis múltiple. Por lo tanto, suplementar la vitamina D se considera un factor ambiental modificable de importancia para contraer esclerosis múltiple”, afirmó al portal de noticias de la clínica.
Según la neuróloga, quienes ya padecen la condición también podrían beneficiarse de la vitamina D. “Estos beneficios incluyen reducir la frecuencia y la gravedad de sus síntomas, mejorando la calidad de vida, y aumentando el tiempo que lleva la progresión de la esclerosis múltiple recurrente remitente a la fase secundaria progresiva”, dijo.
Ahora bien, la doctora aclaró que dichos estudios no son concluyentes. Es decir, hace falta investigar más para poder determinar si el beneficio es real. Además, advirtió que en cantidades muy altas, podría incluso resultar dañino.
La conexión entre EM y la luz solar
El artículo de la Dra. Collazo indica que algunas investigaciones sugieren que “se podría relacionar una conexión entre la vitamina D y la esclerosis múltiple a los resultados positivos que la vitamina D tiene sobre el sistema inmunitario”.
A este detalle se suma el hecho de que varias investigaciones sustentan que mientras más lejos vive una persona del ecuador, mayor es su probabilidad de padecer EM.
“El Instituto de Medicina recomienda tomar 600 unidades internacionales (UI) de vitamina D al día para los adultos de hasta 70 años. Esa recomendación aumenta a 800 UI por día para los adultos de 71 años y mayores. La recomendación para las mujeres embarazadas o amamantando es de 600 unidades internacionales (UI) al día. Pero el Instituto de Medicina recomienda no tomar más de 4.000 UI por día”, detalló la profesional de la salud.
Por último, advirtió que dosis demasiado altas de vitamina D pueden ocasionar efectos adversos o toxicidad. Entre los síntomas para identificar estos efectos están las náuseas, vómitos, estreñimiento, falta de apetito, debilidad, entre otros. “Además, la toxicidad por vitamina D puede causar niveles elevados de calcio en la sangre, lo que puede resultar en cálculos renales”, añadió.
La mejor manera de saber si la vitamina D puede contribuir a mejorar el tratamiento de una persona con EM es consultar con su médico.
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