Más de una década de investigación ha mostrado que la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) protege de una variedad de tipos de cáncer, pero un nuevo estudio encuentra que apenas la mitad de los adolescentes estadounidenses completan el régimen, que conlleva varias inyecciones.
¿Por qué? Los investigadores descubrieron que muchos padres siguen teniendo preocupaciones respecto a la seguridad de la vacuna, aunque protege contra un 90 por ciento de todos los cánceres de cuello uterino y anales.
Usando datos de la Encuesta nacional de inmunización de 2017-2018, los investigadores analizaron las respuestas de los padres o cuidadores de más de 82,000 adolescentes de EE. UU.
“Queríamos comprender la dinámica de la vacunación contra el VPH, y por qué las tasas de vacunación contra el VPH no son óptimas, a pesar de que la vacuna ya ha estado en el mercado durante de más de 10 años”, explicó la autora del estudio, Kalyani Sonawane, profesora asistente del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas, en Houston.
Sonawane y su equipo concluyeron que 7.7 millones de adolescentes de EE. UU. no estaban vacunados contra el VPH en 2018.
Las respuestas a la encuesta también revelaron que más de la mitad de los padres con hijos adolescentes que no se habían vacunado no tenían intención de vacunarlos en el futuro.
“Entre los que no desean la vacuna contra el VPH, la seguridad emergió como una importante preocupación”, comentó Sonawane. “Muchos de los padres de los adolescentes que no habían recibido ninguna dosis dijeron que el principal motivo por el que no quieren vacunar a sus hijos es que la seguridad de la vacuna les preocupa”.
Renuentes los padres de adolescentes
Es probable que el movimiento antivacunas esté contribuyendo a la renuencia de los padres respecto a la vacuna contra el VPH, según los investigadores.
También compararon las respuestas entre los distintos estados, y encontraron que los estados con las tasas más bajas de vacunación contra el VPH, como Mississippi y Wyoming, también tenían unas tasas altas de renuencia entre los padres.
Sonawane anotó que, en el futuro, esos estados podrían tener que afrontar unos números altos de cánceres vinculados con el VPH.
La vacuna contra el VPH es una serie de dos o tres dosis, dependiendo del momento en que el paciente reciba la primera dosis.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. recomiendan dos dosis de la vacuna si la primera dosis se administra antes de los 15 años, o tres dosis si la serie se inicia entre los 16 y los 26 años.
La segunda dosis se recomienda de seis meses a un año tras la primera, y sólo la serie completa garantiza la protección.
Los investigadores estimaron que 2.2 millones de adolescentes de Estados Unidos sólo han recibido una vacunación parcial contra el VPH.
De los padres de los adolescentes que sólo recibieron la primera dosis de la vacuna, 1 de cada 4 dijo que no tenía la intención de completar la serie.
Muchos de esos padres apuntaron que sus hijos adolescentes no recibieron la segunda dosis porque sus proveedores de atención de la salud no se comunicaron con ellos, encontraron los investigadores.
“El principal motivo que emergió entre esos padres fue que nunca recibieron una recomendación para su hijo adolescente”, explicó Sonawane. “Muchas veces, los pacientes o su proveedor no dan seguimiento a los adolescentes ni les dicen que necesitan la segunda o tercera dosis para completar la serie de vacunación contra el VPH y tener suficiente inmunidad como para prevenir la infección con el VPH en el futuro”.
Las investigaciones anteriores han mostrado que la recomendación de un proveedor es la forma más fiable de garantizar la vacunación, pero este estudio reveló que quizá no sea suficiente.
Entre los padres con un hijo adolescente sin vacunar que habían recibido una recomendación del proveedor, 6 de cada 10 dijeron que no iban a vacunarlos. El motivo más común fueron las preocupaciones sobre la seguridad de la vacuna.
Los hallazgos se publicaron en una edición reciente de la revista The Lancet Public Health.
Debbie Saslow, directora de VPH y cáncer ginecológico de la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society), apuntó que el estudio sólo observó a los que no se habían vacunado.
A pesar de las inquietudes que este estudio plantea, enfatizó que muchos adolescentes estadounidenses ya están vacunados contra el VPH.
“También es importante observar la contraparte: la mayoría de los padres vacunan a sus hijos contra el VPH”, aseguró Saslow.
Vital el rol educativo de la clase médica
A pesar de los hallazgos de que algunos padres no vacunarían a sus hijos adolescentes incluso con la recomendación de un proveedor, Saslow observó que el método principal de defensoría de la vacuna contra el VPH está funcionando en los proveedores y sistemas de salud.
“Si un padre dice que leyó en Facebook que la vacuna tiene un efecto secundario, el proveedor tiene la oportunidad de decirle que en realidad es una información falta, y explicarle lo segura que es la vacuna”, dijo Saslow. “El proveedor es la fuente de información en que la mayoría de los padres confían, y ese es el motivo de que estemos realmente enfocados en esto”.
Sonawane y su equipo también enfatizaron la importancia de entrenar a los proveedores para que recuerden a sus pacientes que se vacunen, y para que estén preparados con respuestas claras para desacreditar cualquier mito sobre la seguridad de las vacunas.
Más información
Para más información sobre la vacuna contra el VPH, visita los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.
*Fuente: HealthDay News
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