Si tus hijos tienen dificultades con el peso, una investigación reciente sugiere que quizá también sufran de enfermedades que antes solo se veían en adultos.
El endurecimiento de las arterias, que puede conducir a ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares (ACV) tempranos, y la diabetes tipo 2 se encontraron en muchos de los más de 600 niños, adolescentes y adultos jóvenes obesos que se estudiaron. Y el problema solo está empeorando: según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., durante la pandemia, la obesidad aumentó de un 19 a un 22 por ciento entre los niños estadounidenses.
“Todos somos muy consciente de que las tasas de obesidad en la niñez, la adolescencia y la adultez son bastante impactantes, y el riesgo de enfermedades crónicas relacionadas es bastante ubicuo”, apuntó el investigador sénior, Joseph Kindler, profesor asistente del departamento de ciencias de la nutrición de la Universidad de Georgia, en Athens. “Lamentablemente, estamos en un momento en que podemos ver estas complicaciones realmente graves en un momento cada vez más temprano de la vida. Nuestro participante más joven en este estudio tenía 10 años... es bastante fenomenal, lamentablemente”.
Kindler señaló que no se sabe qué significan la diabetes y la enfermedad cardiaca tempranas para estos niños a medida que envejezcan, pero teme que quizá tengan un mayor riesgo de afecciones crónicas en la adultez.
La obesidad infantil no es provocada por un solo factor, apuntó. Es probable que una combinación de una dieta malsana, la falta de ejercicio, la falta de sueño y la genética tenga que ver, anotó Kindler.
“Algunos de estos factores son comer una dieta saludable y la actividad física, pero hay cosas de las que no se habla con frecuencia, como si dormimos bien o si estamos estresados u otros factores, que también contribuyen”, añadió. “Y sin duda son una parte importante de la historia. Y esto hace que sea muy importante que, de ahora en adelante, pensemos sobre el periodo único de la historia que estamos viviendo en que todo esto está saliendo a la luz”.
Cambiar el rumbo de la epidemia de obesidad no será fácil, añadió.
“Estos datos sirven como un llamado a la acción, a aceptar que están ocurriendo problemas con el desarrollo de afecciones de salud crónicas que, en cierto sentido, se pueden prevenir, pero se trata de más que solo consumir un par de trozos de frutas o verduras”, advirtió Kindler. “De verdad requiere una cantidad significativa de concienciación de parte de los individuos, las familias y las comunidades”.
La conclusión es que debe haber un cambio cultural, apuntó.
El informe se publicó en una edición reciente en línea de la revista Pediatric Obesity.
Más información
Aprende más sobre la obesidad infantil en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
*Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
*Fuente: HealthDay News
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